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El juego de la ejecución 

 

Un mundo paralelo, fantasioso existe todo el tiempo a la par de mí. Siento que hay humor en la exuberancia del recurso, en las líneas que sin jerarquía se organizan en una figura central totémica, a partir de diferentes formas apiladas, las cuales juegan y por momentos se aplastan. Otras, en cambio, solo se unen formando figuras que se admiten independientes, aunque dialoguen entre ellas. Se genera entonces una geometría blanda, con una composición en equilibrio aparente.

La fantasía ofrece imágenes de posibles rostros enigmáticos sin facciones, pero sonrientes. Entonces, la apariencia de las formas hace que pasen de la simulación a la realidad, casi transformándose en personajes.

El color es parte fundamental de esta serie, otorgándole vida a las formas: las anima. Me sumerjo en las posibilidades de cada color dejando que hagan su camino, más allá de mi voluntad.

Surge una y otra vez la línea curva en formas circulares y redondeadas, que busco relacionar con lo femenino y también con el surrealismo, en cuanto a un mundo sin lógica aparente y de libre fluir del pensamiento.

Algunas de las obras se diferencian pero todos están hermanadas más allá de sus individualidades. 

Será dejarse llevar por el arte y que cada imagen transmita las emociones que le pertenezcan.

Verónica Gravina

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No se trata de un método riguroso sino de un tratamiento personal
 

Es difícil encontrar artistas que planteen tan ostensiblemente la continuidad y el vínculo formal y conceptual entre sus obras.

Verónica Gravina es uno de esos casos.
Cada pieza podría articularse con una siguiente, conformando un entramado casi perfecto, que enlaza unas con otras, lo que le permite a la artista establecer agrupamientos en dípticos, trípticos o múltiples, sin relegar el carácter individual de cada pintura.
Atravesadas por una referencia libre a la tradición geométrica, las obras proponen un mundo abstracto de sensible estructuración.

No hay detrás cálculos matemáticos, sino una previsión racional. No hay un método riguroso, sino un tratamiento personal.
En las pinturas sobre tela el despliegue de tamaño es mayor que en el caso del papel -los dos soportes habituales en sus obras-.
Es también en el papel donde el tratamiento del color se permite exponer las transparencias y los fondos neutros. En cambio, en la tela las pinceladas son más densas y la coloración se torna cubritiva. En ellas, las imágenes totémicas y las formas acopiadas unas sobre otras, ceden lugar a una composición mas orgánica y fluida que aparenta una convivencia de las formas sobre un mismo plano.
El repertorio de formas en la obra de Gravina, conforma un inventario propio, que le permite desplegar una compleja combinación que por momentos se torna cercana a una escritura arcaica y simbólica, pero que soslaya cualquier tipo de traducción e interpretación, mas allá de lo que cada quien pueda realizar.

María Lightowler - Noviembre 2021

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